Rumba Flamenca (España)



Algunos aficionados se resisten a considerar a la Rumba dentro del árbol de los géneros flamencos, aunque han sido mucho los intérpretes que han cultivado este género, que comparte con Bulerías y Tangos el trono de los cantes festeros. La Rumba Flamenca es heredera directa de la Guaracha cubana que se comenzó a realizar a finales del Siglo XIX en el teatro vernáculo habanero. Algunos cantaores flamencos viajaron a Cuba y trajeron consigo unas rumbitas que adaptaron a su forma de cantar, aflamencándolas e integrándolas a su repertorio. La Rumba Flamenca es cantada sólo por grupos que se acompañan con guitarras, palmas y percusiones. Dentro de su desarrollo hay una primera época en la que los elementos de la variante flamenca fueron cobrando personalidad en las interpretaciones de La Chelito, Rosario Soler, María la Cubana o Flory y Marta Oliver, entre otras. Su definitivo aflamencamiento comenzó en los cafés cantantes de Cádiz, Sevilla y Madrid al cultivarla cantaores como La Niña de los Peines, José Ortega, Bernardo de los Lobitos, Manuel Vallejo o Pepe de la Matrona. Una gran explosión de Rumbas Flamencas llegó con la entrada en cartelera de los creadores catalanes de finales de los 50 y durante los 60. Por ello se ha creído que la Rumba Flamenca tiene su origen en Cataluña. Se cultivó especialmente entre los gitanos del barrio de Somorrostro, en Barcelona, quienes hacia 1957 encontraron en este género el soporte musical idóneo para expresar sus flamenquerías.  
El Pecaílla, marido de Lola Flores, supo imprimir un acento especial a la Rumba Flamenca creando un estilo del que han bebido gran parte de los artistas rumberos que vinieron después, tanto en Cataluña como en el resto de España e incluso Francia. La versión alegre, y muy flamenca a la vez que creó el Pescaílla con peculiar estilo, se ha mantenido en el tiempo y dotó al género de una personalidad de la que antes carecía. Como contrapunto a ese estilo desenfadado apareció una figura de gran relevancia: Miguel Vargas Jiménez, Bambino, quien cultivó una singular forma de interpretar la Rumba flamenca, dotándola de un carácter dramático del que hasta su llegada carecía. Ya en la década de los 70, Los Amaya, Los Chichos, Dolores Vargas, Los Changuitos o Manzanita, se destacaron por sus Rumbas, con arreglos más cercanos del Pop internacional que de la guitarra, palmas y voz de la década anterior. La Rumba se renovó en los años 80 de la mano de Paco de Lucía y Camarón de la Isla, quienes aportaron formas más cercanas al Son cubano y a la vez más flamencas. Curiosamente, el grupo francés Gipsy Kings, popularizó mundialmente a la Rumba flamenca, con un estilo entre el de Peret y las nuevas generaciones salseras, movimiento que provocó la aparición en España de grupos como Los Manolos. Otras agrupaciones como Azúcar Moreno, Los del Río o Antonio Carbonell desarrollaron un estilo que podría llamarse Rumba erótica. Ya en los 90 el grupo Ketama compuso Rumbas con instrumentación salsera y acentos y melodías aflamencadas.







 





































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